5 consejos para cuidar los ojos del recién nacido
Updated on Agosto 22, 2024
Created on Noviembre 9, 2023
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Updated on Agosto 22, 2024
Created on Noviembre 9, 2023
Cuidar a un recién nacido es pensar en todos los detalles, es dejar que el instinto, sentido común, información e imaginación nos guíen en sus atenciones, por ello, hoy queremos sugerirte los cuidados para los ojos de un recién nacido. ¿Te habías puesto a pensar qué más puedes hacer para cuidar sus ojitos además de no abrir las cortinas de un jalón?
Sus ojos, al igual que su piel o sus encías, son una parte de su cuerpo que merecen cierta vigilancia. En primer lugar, para asegurarse de que todo va bien, en segundo lugar, para poder identificar oportunamente cualquier aspecto que genere dudas.
No es secreto que una de las recomendaciones surgidas a partir de la pandemia por Covid-19 es evitar tocarnos la cara con las manos sucias, esto nos sirve para dimensionar la importancia de la higiene para con los bebés. Lavarse las manos antes de estar en contacto con el bebé, es un indicación muy importante, pues es una de las medidas básicas del protocolo para visitar al recién nacido.
En este caso, antes de tocar la carita del bebé, debemos lavarnos las manos para evitar llevarle gérmenes o bacterias que pongan en riesgo su salud.
Para limpiar los ojos de tu bebé, primero necesitas lavarte tus manos, tomar una bolita de algodón, mojarla y exprimirla para retirar el exceso de agua. Una vez que el algodón está húmedo, debes pasarlo de la esquina interior del ojo a la exterior, con el fin de retirar las lagañitas.
Es importante que, para evitar la posible transmisión de una infección, uses un algodón por cada ojo, además agua hervida al tiempo o suero fisiológico. Recuerda tener en el botiquín del bebé, gasas y suero fisiológico.
Después de los tres o cuatro meses, los bebés comienzan a lagrimear más
Es importante que evites que el bebé pueda frotarse sus ojitos, aunque sus manitas pudieran parecer limpias, lo mejor es no confiarse. Por otro lado, puede lastimarse los ojos si hace algún movimiento brusco.
Así que, procura que sea luz tenue u oscuridad y que, el aumento de la iluminación sea gradual, para que no se deslumbre con el brillo de la luz, tanto natural como artificial. La luz amarilla es ideal para poder darle un ambiente cálido y tenue a su entorno. Para los cuidados o la lactancia nocturna, puedes ocupar una lamparita que no dé directamente al recién nacido, también puedes dejar encendida la luz del pasillo y tener apagada la de la recámara.
Este es un caso más serio, la toxoplasmosis congénita es una infección que ocurre cuando una mujer embarazada contrae el parásito toxoplasma gondii. Esta infección es común en embarazadas con gatos como mascotas o que están expuestas a insectos que pueden estar en contacto con las heces del gato.
Aunque la toxoplasmosis suele no tener consecuencias graves en la futura mamá, en el caso de los bebés genera una situación delicada. Entre las complicaciones que puede ocasionar está la incapacidad visual, ceguera, hidrocefalia, convulsiones o discapacidad intelectual.
La gravedad se agudiza si la infección se produce a inicios de la gestación.
Los bebés suelen nacer hinchaditos, con el paso del tiempo, sus facciones se van perfilando y sus párpados comienzan a dejarle el protagonismo a sus ojitos. Muchos papás se preguntan acerca del color de ojos que tendrán sus bebés y, es una duda natural, sin embargo, no podrán saberlo con certeza hasta los 3 a 6 meses.
Antes de ese tiempo, los ojitos pueden verse grises, incluso, azulados, pero este color puede ir oscureciéndose. En caso de que el iris se vea más color café, es probable que no haya mucho cambio, pero, sin duda, lo mejor es darle tiempo al tiempo.
Como puedes ver, cuidar los ojos del recién nacido requiere atención en los detalles e higiene de parte de las personas que lo rodean.