7 datos que debes de saber acerca de la placenta
Updated on Agosto 22, 2024
Created on Junio 6, 2023
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Updated on Agosto 22, 2024
Created on Junio 6, 2023
Conocer lo que pasa en el cuerpo de una mujer durante el embarazo nos ayuda a dimensionar todo lo que implica dar vida, por ejemplo, la aparición de la placenta, un órgano que sólo se desarrolla mientras el bebé crece en el vientre de su madre y es vital para la salud de ambos. Por ello, queremos compartirte información acerca de la placenta, para adentrarnos más al extraordinario trabajo que tiene el cuerpo de una mamá.
La placenta es un órgano temporal, que se desarrolla en el útero sólo mientras la mujer está embarazada. Cualquier anormalidad en ésta, podría comprometer la salud del bebé, incluso, la de la mamá. De su aspecto podemos decir, que parece una bolsita redonda y aplastada en la que se aprecia una red de conductos o venas que se conectan con el cordón umbilical.
De hecho, se dice que “placenta” en latín clásico significa pastel, haciendo referencia a su aspecto circular y plano. En un documento (https://www.inper.mx/descargas/pdf/Laplacentahumana.pdf) expedido por especialistas del Instituto Nacional de Perinatología (INPer), se explica su importancia, “la placenta guarda un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo fetal en todos sus aspectos”.
Se comienza a desarrollar cuando el óvulo fecundado se implanta en la pared del útero, es decir, a los seis días de la fecundación, aproximadamente. “La placenta humana presenta una organización progresiva y funcional, que de manera sincrónica se adapta a las necesidades del desarrollo de los compartimientos embrionario/fetal y maternos”, dice el INPer, es decir, crece a la par del bebé según lo que éste necesite.
En su exterior está formada por la mucosa del útero y estando sujeta a la pared uterina, no debe moverse, sólo puede desplazarse dentro del útero. Generalmente, permanece en la cara superior o lateral del útero, en caso de que se ubique en la parte inferior, surgen complicaciones en el embarazo y/o parto. La placenta es expulsada en el nacimiento, después de que el bebé sale de la madre. Puede llegar a pesar 500 gramos con de 2 a 3 centímetros de grosor y de 20 a 15 centímetros de diámetro.
La UNICEF ha señalado (https://www.unicef.org/ecuador/media/2541/file/Cartilla%201.pdf)que este órgano “transporta al bebé oxígeno y nutrientes”. De este modo, la placenta y el cordón umbilical se conectan para crear la fuente de nutrientes y oxígeno que el bebé necesita.
Funciona como filtro para el paso de nutrientes, hormonas y otras moléculas, proporciona oxígeno y elimina dióxido de carbono además de los desechos del bebé. Sin embargo, esta labor de filtración tiene sus límites ya que “la placenta no puede detener el paso de alcohol y la nicotina, entre otras sustancias, que atraviesan y dañan al bebé”, señala (https://www.unicef.org/ecuador/media/2541/file/Cartilla%201.pdf) la UNICEF.
Además de ser la fuente de nutrientes y oxígeno, produce hormonas para que el bebé se implante con éxito en el útero, también para la adaptación del cuerpo de la mujer en cada etapa del embarazo, incluida la lactancia. Por otro lado, ayuda a que el cuerpo de la mamá no identifique al bebé como un agente extraño e intente tener una respuesta inmunológica. Así como aparece a los 6 días de la fecundación, a partir de la semana 41 de embarazo, la placenta deja de funcionar al 100%, lo que podría ser insuficiente para mantener en estado óptimo la salud del bebé.
Entre los factores que pueden afectar la salud de la placenta están:
Especialistas han encontrado que la edad es un factor que interviene en la salud de la placenta.
La mayoría de los embarazos de mujeres de 40 años o más presentan complicaciones por la placenta.
Algunos problemas con este órgano son más comunes en mujeres que consumen drogas o alcohol estando embarazadas.
Si la mamá es hipertensa, es más probable que se presente una complicación por la placenta durante el embarazo.
Las mamás que tienen un embarazo múltiple tienden a presentar este tipo de problemas.
Una cesárea previa o cualquier cirugía de útero que se haya hecho con anterioridad también elevan las posibilidades de complicaciones.
Adentro del cuerpo de la mamá, el bebé está protegido por el saco amniótico, si este llega a romperse, incluso, a gotear, puede ocasionar problemas en la placenta.
Si la embarazada sufre un golpe en su abdomen, ya sea por accidente o caída, la placenta puede provocar molestias.
Si en un embarazo anterior la mamá presentó complicaciones con la placenta, aumenta el riesgo de que vuelva a ocurrir.
-Hemorragia vaginal
-Contracciones uterinas
-Dolor abdominal intenso
-Dolor de espalda
-Rigidez uterina
Se le llama desprendimiento de placenta cuando esta se desprende, parcial o en su totalidad, de la pared interna del útero.
Este trastorno es más común durante el último trimestre del embarazo y puede requerir un parto prematuro.
Es cuando, después del nacimiento, una parte de la placenta o en su totalidad, sigue adherida al útero. Ocurre cuando la placenta crece con mucha profundidad en la pared del útero.
Esto ocasiona pérdida de sangre de la madre durante el parto.
Se refiere a cuando la placenta se fija parcial o totalmente en el cuello uterino, obstruyendo el canal de parto.
Suele suceder con mayor frecuencia durante el inicio del embarazo y con el seguimiento médico necesario, puede irse corrigiendo.
Sin embargo, si permanece para el último trimestre es probable que se sugiera una cesárea para evitar mayores complicaciones.
Ocurre cuando en los 30 minutos del nacimiento, la placenta queda atrapada detrás del cuello uterino. A diferencia de la placenta adherida, puede estar desprendida del útero, pero no tener “salida”. Es de cuidado pues, al permanecer mucho tiempo dentro de la madre, puede ocasionar infecciones o sangrados de importancia.
De hecho, si por algún motivo la placenta no es expulsada, el especialista debe asegurarse de retirarla mediante un procedimiento quirúrgico y asegurarse que no se quede dentro de la madre ningún residuo, ya que por muy pequeño que sea, puede provocar infecciones o hemorragias.
Hay complicaciones que no se pueden evitar, que no están en las manos ni de la madre ni del médico, sin embargo, sí existen medidas para reducir el riesgo de que se presenten.
Como puedes ver, un estilo de vida saludable puede marcar la diferencia para evitar complicaciones en el embarazo derivadas de este órgano.
Si tienes dudas, siempre acude con tu doctor de confianza.