El ABC para enseñarle a ir al baño
Updated on Agosto 22, 2024
Created on Octubre 24, 2023
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Updated on Agosto 22, 2024
Created on Octubre 24, 2023
Sabemos que para mamá y papá puede ser intimidante la idea de entrenar a sus hijas e hijos para ir al baño.
Se trata de un momento que tiene su complejidad, ya que cada una de las etapas de este paso de la vida, se puede presentar de forma diferente en cada uno de las niñas y los niños.
Ante todo, es buena idea buscar información sobre esto para poder enseñarle, poco a poco, a los más pequeños de la casa cómo ir al baño como algo natural que no debe generar culpa ni pena.
Antes de comenzar con el ABC para enseñarle a ir al baño a tus pequeños o pequeñas, debemos hacer una pausa para indicar algo de suma importancia para ti y tus hijos.
¡No existe un camino trazado para todos los niños!
Cada uno de ellos experimentará una maduración, tanto física como mental y emocional, de forma distinta.
Es normal que un niño consiga más rápido que otro, por ejemplo, dejar de mojar la cama por las noches.
Sin embargo, esto no quiere decir que un menor está mal y el otro bien, sino que cada uno tiene un ritmo diferente, no hay ritmos malos.
Recuerda que la paciencia y la comprensión que tengas con tus hijos, son vitales para que sigan superando sus desafíos diarios. Además, evita hacer comparaciones que pueden dañar la autoestima de los pequeños.
Si has hablado sobre este tema con otras personas, seguramente has escuchado a quienes presumen que sus hijos empezaron a usar el baño entrenador, coloquialmente llamado bacinica, desde muy temprana edad.
Sin embargo, los expertos aseguran (https://www.healthychildren.org/Spanish/ages-stages/toddler/toilet-training/Paginas/The-Right-Age-to-Toilet-Train.aspx) que es importante que los pequeños puedan aprender a identificar su necesidad de ir al baño.
Por ello, la edad en la que se recomienda que aprendan a ir al baño por sí solos, es entre los 18 y 24 meses de edad, dejando en claro que no necesariamente es malo empezar antes o después, sino que es un momento en el que los niños ya pueden reconocer ciertos aspectos de su cuerpo.
Recuerda que el papá o la mamá eres tú y nadie mejor que tú puede saber si tu peque puede comenzar a aprender a ir al baño. Si quieres reconocer qué tan preparado está tu hijo para este momento, debes seguir leyendo.
Aunque pueda parecer lógico, algo básico es la ropa de los niños. Durante el tiempo que dure el entrenamiento, que pueden ser semanas o meses, es importante vestir a los pequeños con ropa que ellos mismos puedan manejar.
De este modo, un short, un pantalón de pants o una falda, en el caso de las niñas, no será problema para ir al baño.
Otro aspecto importante para ti, como mamá y papá, es que debes ayudarles a tus hijos desde otras trincheras.
Regular sus horarios para sus comidas, siestas y juegos, hará que el organismo de los menores también tenga cierto control sobre cuándo es hora de hacer sus necesidades.
De este modo, podrás prepararte mejor para los momentos en los que debas sugerir la bacinica, aunque de eso hablaremos más adelante.
Tanto el baño de la casa como la bacinica, pueden parecer extraños para los pequeñines.
Es buena idea que los acerques a ellos y que, incluso, puedan convivir en estos espacios o cerca de los objetos que se usarán para que el menor aprenda a ir al baño.
Antiguamente, las mamás solían sentar a los infantes en sus bacinicas, en espera de que las ganas de orinar o defecar aparecieran. Si bien la técnica podía dar algunos frutos, estaba basada en la asociación, no en el aprendizaje.
Por ello, las siguientes técnicas de entrenamiento te ayudarán a que tu hijo o hija aprenda a conocer las necesidades de su cuerpo, no solamente a reaccionar ante un estímulo.
Si tu hijo o hija ya cumplió los 18 meses de edad, es probable que pronto te muestre algunas pistas que revelan cuando quiere ir al baño. Ver que solamente está de pie o que comienza a bailar, puede significar que es hora de orinar y/o hacer popó.
En este momento, lo que no debes hacer es sugerirle, literalmente, que “vaya al baño”. Esta acción, aunque parece inofensiva, puede hacer que los niños se intimiden ante la idea y podrías provocar que la sensación desaparezca.
Lo que sí debes hacer es sugerirle lo mismo de forma sutil. Por ejemplo, puedes acercar su baño entrenador y comentarle que “ahí lo tiene si lo necesita”. Esto hará que sea el niño o la niña quien tenga el control de la situación.
Una fórmula útil para fortalecer el entrenamiento para ir al baño es crear un plan de recompensas.
La intención es que, emocional y mentalmente, la niña o el niño se prepare para tener una actitud positiva sobre ir al baño.
Si tienes un plan de recompensas para otras tareas, como levantar los juguetes o terminar la comida, puedes agregar la ida al baño dentro de los deberes.
De este modo, los pequeños sabrán que es solamente una tarea más que tienen en su día a día y no serán intimidados fácilmente ante los cambios que vienen.
Los seres humanos aprendemos mucho de lo que vemos y los más jóvenes de la casa no se quedan atrás. Por ello, predicar con el ejemplo es una estrategia que puede funcionar muy bien, aunque no significa que los dejes entrar al baño contigo todo el tiempo.
Lo que puedes hacer es mencionarlo en voz alta cada vez que tengas que acudir al inodoro. Así, cuando las pistas te indiquen que tu hijo quiere ir al baño, puedes recordarle que él cuenta con su bacinica para hacer lo mismo.
Como mencionamos en el punto anterior, el ejemplo es de gran ayuda. Si los pequeños tienen cerca un hermano, un primo o un amigo, es mucho más fácil que ambos aprendan mutuamente.
Si uno de los menores ya aprendió a ir al baño con regularidad, seguramente será más sencillo para el resto seguir su ejemplo y, en poco tiempo, pueden dar el siguiente paso en su entrenamiento.
Todas las técnicas anteriores nos sirven para entrenar a los pequeños para que conozcan las necesidades de su cuerpo y cómo actuar para tener el mayor control posible de estas situaciones.
Sin embargo, debemos recalcar que es una cuestión de tiempo y de cada uno de ellos, pues no existe una fórmula definitiva. Algunos niños pueden comenzar a usar la bacinica solamente para orinar y les puede tomar más tiempo defecar en ella.
Del mismo modo, algunos pueden pasar rápidamente de la bacinica al inodoro de la casa, pero es un proceso que debe atravesar cada infante.
Para el caso del baño de tu hogar, recuerda conseguir un banco que se adapte a tu retrete para permitirle al menor que se sienta cómodo en él. También existen tapas para niños que reducen el diámetro de la taza y les brinda seguridad a los pequeños.
Otro momento temido de papás y mamás son las noches, pues la idea de que la cama amanezca mojada se convierte en una pesadilla. Sin embargo, es tan sencillo como lo que mencionamos en el punto anterior: es una cuestión de tiempo.
Para tu tranquilidad y para evitar noches accidentadas, puedes dormir a tu hijo con pañal, pero debes monitorear su actividad día con día.
El control intestinal por las noches, suele madurar más rápidamente que el control de la vejiga, pero, nuevamente, es solo cuestión de tiempo para que también ocurra.
Antes de irse a la cama, invítalo al baño, es importante que fomentes hábitos de higiene nocturna como cepillarse los dientes y sentarse en la taza del baño para ver si hay éxito.
Accidentes
En todo este proceso, lo más probable es que los pequeños tengan algún accidente.
Recuerda que la paciencia y la comprensión son fundamentales para que los menores puedan lograr pasar cada etapa.
Respira profundo cuando ocurra un accidente y evita dañar su autoestima exponiéndolo a la burla o hacerlo sentir menos inteligente.
Como te lo mencionamos, es un proceso de maduración en el que su cuerpo y su mente deben irse conectando.
Celebra cada que lo haga bien, cada pequeño avance, felicítalo y reconoce el cada uno de sus logros.
Algunos menores pueden presentar actitudes negativas ante el entrenamiento para ir al baño. Quizá son renuentes a sentarse en la bacinica o pueden presentar comportamientos que, a nuestros ojos, son muy extraños, como ocultar sus heces o llorar cuando desechamos lo que hay al interior de la bacinica.
Estos comportamientos pueden ocurrir y no se trata de nada grave. A veces, los infantes simplemente sienten orgullo de lo que sus cuerpos hicieron y aún no son capaces de razonar por completo la idea de las bacterias o gérmenes.
Lo ideal es no responder de forma agresiva o dramática a estas situaciones.
Es mejor preguntar directamente a los pequeños el porqué hacen lo que hacen y tratar de encontrar alternativas para que encuentren interesante el proceso de ir al baño.
Una buena idea es dejar que dibujen algo mientras están en la bacinica o permitirles tirar de la cadena del baño cuando desechemos las heces o la orina.
De este modo, el proceso será más llamativo y lo repetirán.
Recuerda que siempre debes estar pendiente del entrenamiento para ir al baño de tus hijos, desde el día 1 hasta que aprenden a usar el inodoro por sí solos.