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¿Es malo que mi hijo se chupe el dedo? 5 dudas comunes para resolver

¿Es malo que mi hijo se chupe el dedo? 5 dudas comunes para resolver

¿Tu bebé se chupa el dedo? ¿Se toca sus partes íntimas? ¿Se come los mocos?, no te preocupes, estás acciones tienen un porqué y no son tan malas como parecen... En ocasiones, nuestros hijos realizan acciones que nos sorprenden o que nos hacen pensar que no deberían hacerlas, pero esto no quiere decir que debamos prohibírselas. 

Muchas veces, los bebés lo hacen por instinto, porque están explorando su mundo o por simple curiosidad. Sabemos que tú quieres lo mejor para tu bebé, por esto, lo cuidas y estás al pendiente de cada movimiento que realiza para que no se lastime o para evitar accidentes en casa.

Sin embargo, hay cosas que él realizará y tú debes permitirle hacerlas, porque esto ayudará a su desarrollo y a entender el mundo que lo rodea. A continuación, te decimos porqué tu hijo realiza ciertas acciones y que deberías hacer tú para permitir su desarrollo y cuidarlo al mismo tiempo:

¿Por qué mi bebé se chupa el dedo?

Es normal que los bebés tengan deseo de chupar, es sano porque hacerlo los relaja, les produce placer y hasta les brinda seguridad. Se chupa el dedo porque es un hábito adquirido como consecuencia del reflejo de succión. Este podría presentarse cuando aún se encontraba en el útero.

El reflejo de succión le permite al bebé desarrollar de forma natural y progresiva la alimentación por vía oral. Es un hábito que no debería preocuparte, porque se resolverá en los primeros años de vida. La mayoría de los bebés comienza a chuparse el pulgar enseguida, esto puede durar hasta los 2 o 3 años. Sin embargo, se considera normal hacerlo hasta los 4 años.

¿Qué pasa si mi hijo sigue con esté hábito?

Dependiendo de la intensidad, frecuencia, duración y la edad, pueden presentarte problemas. Tales como mordida abierta o anterior, desplazamiento de los dientes, falta de desarrollo adecuado del maxilar superior, problemas de pronunciación y alteraciones en los dedos.

Consejos para evitar este hábito

1. Paciencia.

Si ves que tu bebé se chupa el dedo no debes evitarlo a toda costa. Lo mejor es que lo veas como algo sin importancia, incluso ignorarlo y permitir que lo haga en sus primeros meses de vida, si estás atrás de él intentando evitarlo, querrá hacerlo más. 

2. Distracción.

Mantén sus manos ocupadas, así no podrá introducir su dedo en la boca. Puedes darle objetos, tus manos o un chupón si lo crees necesario.

3. Apoyo. 

Es importante que tú como su mamá o papá no le quiten este hábito con castigos, regaños o gritos, porque sólo aumentarán su ansiedad y deseo de hacerlo más. Tu hijo debe desear dejarlo y entender que era bueno cuando era pequeño, pero que al crecer, esto podría traer consecuencia en su salud. Debes darle razones claras para que logre entender que ya no debe hacerlo y que lo apoyas en el proceso.

¿Por qué mi hijo toca sus partes íntimas?

Si tú bebé se toca “ahí” no debes asustarte, regañarlo o creer que algo está mal con él.  Desde pequeños, los niños empiezan a explorar su cuerpos, se tocan, frotan y jalan ciertas partes para saber qué sucede. También los bebés experimentan sensaciones naturales placenteras con el rozamiento de sus genitales con el pañal u otra superficie.

Esto es tan espontáneo y normal como la necesidad de comer, dormir o hacer del baño. Para tu hijo no hay una diferencia entre tocar su pancita a tocar sus partes íntimas, aunque sí nota que las sensaciones son distintas y que una le produce más placer que otra.

¿Qué puedo hacer en esta situación?

Es importante que si ves que tu bebé se toca sus partes íntimas no sobre reacciones. Debes tener en cuenta que él vive sus primeras experiencias de amor, seguridad y placer corporal y que éstas forman una base para sus futuras relaciones. Si lo regañas, pensará que el problema es él y no la acción.

Lo más sano es no reprimirlo, pero sí cuidar que no se dañe físicamente. Bríndale afecto, comprensión y paciencia. Si ya está un poco más grande y lo hace en público, puedes orientarlo o recordarle que ese es un acto que se disfruta en privado. 

Incluso, puedes distraerlo con otro estimulo de alegría o placer para que no lo haga en ese momento. Lo más importante es no reprimirlo y tener comunicación con tu hijo, de esta forma, más adelante podrás orientarlo y darle una buena educación sexual.

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¿Por qué mi bebé se come los mocos?

Tal vez, en algún momento has visto que tu bebé usa su dedo para hurgarse su nariz, lo introduce para buscar algo, hasta que encuentra un moco y acto seguido se lo come. Para ti, puede ser un momento de asco y hasta de horror si se encuentran en público, sin embargo, es algo normal y más común de lo que crees.

Este acto se conoce como mucofagia y lo hace de forma natural, instintiva y sin que nadie les haya enseñado. Se comen los mocos porque les gusta y porque sienten curiosidad, para ellos suele ser como un tesoro perdido que encontraron en su nariz y que como recompensa deben comérselo.

Los expertos aseguran que esta conducta es heredada de nuestros antepasados simios, quienes hacían este comportamiento de forma natural. Y que era debido a la necesidad de consumir lo que contenía la mucosidad. Recordemos que los mocos están compuestos principalmente por agua, proteínas, hidratos de carbono y varias células. 

¿Cómo evito que mi hijo se coma los mocos?

1. Ofrece soluciones.

Si a ti te desagrada que lo haga, puedes preguntarle por qué lo hace y darle una solución al problema. Es decir, si le molesta el moco, puedes ayudarlo a sonarse la nariz o quitárselo directamente con un pañuelo.

2. Ten paciencia.

No lo regañes ni lo señales en público, si notas que lo está haciendo, déjalo pasar y después habla con tu pequeño en privado. También puedes acercarte a él y ayudarle a retirar los mocos que tenga en su nariz antes de que se los coma. Es importante que lo hagas con amor y respeto, no como un regaño.

3. No le des importancia.

Muchas veces, nuestros hijos realizan acciones para llamar nuestra atención o para ver nuestra reacción. Si tú te sorprendes al ver que se come un moco, él podría seguir haciéndolo solo para ver qué cara pones en ese momento. Lo mejor es permitir que lo haga y verlo como un acto normal.

¿Por qué mi hija juega con carritos? ¿Por qué mi hijo juega con muñecas?

Durante años, nos han hecho pensar que existen juguetes específicos para los niños y otros para las niñas. Incluso, algunos juguetes buscan “marcar” o asegurar el futuro del pequeño. Es decir, las niñas juegan con las muñecas y a la cocinita porque serán amas de casa y cuidarán a los hijos.

Mientras que, los niños juegan con balones, carros y armas, porque podrán disfrutar, tener poder, lujos y protegerán a su familia. Por esto, nos parecía raro ver que una niña decidiera jugar con un balón o tuviera un carrito que no fuera de Barbie.

Y peor aún, se criticaba que un niño jugara con una muñeca porque eso significa que su orientación sexual no era la “adecuada”. Sin embargo, estos estereotipos han ido desaparecido porque no tiene nada de malo que tu hijo prefiera algún juguete en especial.

Un juguete no va a dictar ni su futuro, ni su orientación sexual ni tampoco le hará daño o lo volverá menos él o menos ella. Los niños eligen un juguete porque les llama la atención el tamaño, el color, los ruidos, las figuras. Con ellos van a divertirse, entretenerse y conocer el mundo. Los juguetes no tienen sexo ni determinan la identidad de rol de género de un niño.

¿Cuál es el mejor juguete para mi hijo?

Hay cosas importantes que debes considerar al comprar un juguete para tu pequeño, pero no tienen nada que ver con el color o si son para niño o niña.

Lo que sí debes tomar en cuenta es:

-Elige uno que se adapte a su edad y sus características

Es decir, a un bebé de 3 meses, no le puedes dar un rompecabezas, porque las piezas pequeñas llamarán su atención y querrá introducirlas a su boca.

-Que le permita desarrollar su personalidad

Si tu pequeño ha mostrado interés por la cocina, los autos o el diseño, adquiere un juguete que le permita explotar sus habilidades. Debe ser divertido para él y al mismo tiempo le permita conectar con sus intereses.

-Que fomente una buena relación con las personas de su entorno

No le compres juguetes que le enseñen a herir a otras personas, lo mejor es optar por aquellos con los que pueda aprender sobre la convivencia y el respeto.

-Que no sea tóxico

Ni para él ni para el medio ambiente.  Recuerda que, a través de un juguete puedes enseñarle valores.

¿Por qué mi hijo no quiere dormir solo?

Después de un día ajetreado de juegos, actividades, tareas, trabajo y labores del hogar, lo único que quieres es descansar tranquilamente en tu cama. Pero para tu sorpresa no puedes hacerlo, porque tu pequeño quiere dormir contigo. Tal vez, al inicio cedas para evitar un berrinche y sientes que será un momento tierno y entrañable entre tu bebé y tú.

Sin embargo, si tu hijo se ha aferrado a dormir a tu lado o pasa las primeras horas de la noche en su habitación, pero amanece en tu cama, algo está pasando. Sí existe un problema, pero no es tan malo como crees. Tu bebé quiere dormir con papá y mamá es porque quieren estar con ustedes. Porque le brindan seguridad y comodidad.

De cierta manera se siente protegido, no se siente abandonado (aunque estén en la habitación de lado) y las pesadillas no se hacen presentes. No importa si tu pequeño es recién nacido o tiene 3 o 4 años, siempre necesitará de ti para muchas cosas. Por esto, quiere tener la seguridad de que tú estarás ahí para ayudarlo y apoyarlo. El problema es que si esto se vuelve una costumbre no solo afectará su desarrollo, también lo volverá más dependiente y afectará tu sueño, la buena relación que tienes con él y con tu pareja.

¿Qué puedo hacer para que mi hijo duerma en su cama?

1. Habla con él.

Aclárale que no vas a dejar de amarlo porque duerma en su cama y que estarás en otra habitación, pero siempre podrá contar contigo para lo que necesite. Incluso, si llega a tener una pesadilla o llora al inicio, acompáñalo, pero no duermas con él. Cuando se haya calmado, sal de la habitación.

2. Hazlo gradualmente.

Si lo haces de la noche a la mañana, él se sentirá rechazado y solo provocará que nadie duerma ese día. Lo mejor es que lo vayas haciendo poco a poco. El primer día acompáñalo hasta que se duerma, el siguiente léele un cuento y dile que regresarás en 5 minutos, en el tercero alarga el tiempo.

3. Sé firme.

Si ya tomaron la decisión, debes mantenerte firme en todo momento y no ceder ni un día. Deja que llore y se desahogue, pero no debe convencerte. Si lo hace sabrá que no importa lo que digas o hagas, siempre podrá volver a tu cama.

4. Arregla su habitación.

Es importante que decores su habitación a su gusto, debe ser su refugio y un espacio que le provoque alegría. Si está desarreglado y tiene cosas que no le gustan, no querrá estar ahí.

5. Ten paciencia.

Si todo va perfecto y de la nada vuelve a pedir dormir en tu cama o se mete en ella, lo mejor será acompañarlo a la suya. Es importante que en este proceso no lo encierres en su cuarto ni tampoco cierres con llave el tuyo. Porque si lo haces pensará que no cuenta contigo o incluso, que ya no lo quieres. 

Lo mejor es tener paciencia y determinación, para poder entenderlo y apoyarlo en este proceso.